No estaba la sombra de su cuerpo dibujada en el asfalto, no estaba la huella de sus zapatos ni el sonido de su risa. No estaba su mágica mirada ni tampoco estaban las manos que siempre desee entrelazar con las mías.
No había nada, solo imágenes en mi mente, pruebas fantásticas que solo yo tenia y que ya no eran suficientes.
Parecía como si nunca hubiera existido, como si yo tampoco existiera.
V.S
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