Ella llego cuando él ya estaba esperando. No dudo ni un segundo en sentarse ni mucho menos en hablarle, el "hola" fue automático. La sonrisa no se hizo esperar, los dos comenzaron a temblar. Sus corazones se aceleraban y su piel se incendiaba.
El cataclismo estaba pasando dentro de ellos sin que nadie pudiera verlo, se encontraban frente a cientos de almas que no se imaginarían lo enamorados que estaban.
Hablaron de muchas cosas y se rieron de casi todas. Solo hubo un silencio cuando decidieron mirarse y descubrir otro tipo de lenguaje. Él nunca había visto una mirada tan profunda ni tan brillante. Ella nunca había visto una sonrisa tan perfecta, tan deslumbrante.
Y antes de suponer alguna cosa, no, no se besaron ni mucho menos se casaron, no vivieron juntos, ni fueron a comer. Él no se atrevió a preguntarle que sentía ni la busco al siguiente día.
Sucedió exactamente lo que tenia que suceder: ella despertó.
V.S

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